Un acceso universal a la salud sólo será posible y sostenible si se apuesta por la innovación

Análisis
FIFARMA

Un acceso universal a la salud sólo será posible y sostenible si se apuesta por la innovación

Por Pasquale Frega – Presidente de Novartis para la región LACan (Canadá y Latinoamérica) .

En la última década, el sector salud ha experimentado una transformación constante, impulsada principalmente por la integración de las nuevas tecnologías disponibles y el creciente compromiso por poner a los pacientes como el centro de la conversación, estos factores van encaminados a cumplir el tercer objetivo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en materia de desarrollo sostenible: El acceso universal a la salud.

Uno de los grandes retos en materia de salud que actualmente enfrenta la región de América Latina y el Caribe, es modificar la idea de que apostar por garantizar la salud para todos, es simplemente un gasto; cuando en realidad, es una inversión enfocada en lograr que las personas gocen a plenitud del derecho de tener a su disposición los servicios de salud que necesitan, cuando lo necesiten. Sin embargo, las condiciones económicas de Latinoamérica dejan abierta una amplia brecha en los sistemas de salud quienes, al no tener fondos suficientes para atender a la población, enfrentan la fragmentación, atención deficiente y acceso insuficiente. 

Esta región enfrenta retos particulares, uno de ellos son las enfermedades cardiovasculares, las cuales constituyen una de las principales causas de muerte en hombres y mujeres en América Latina y a nivel global, pues las cifras revelan que son las causantes de alrededor de 19 millones de muertes anuales en el mundo, y   más de 2 millones en América Latina y Canadá, además de traer una caga económica directa a los sistemas de salud de más de 600.000 millones de dólares al año, tan solo en los países miembros de G20+. Lo anterior, se puede agravar cuando no hay las mismas oportunidades para acceder a servicios de salud, propiciando retraso en el diagnóstico y tratamiento. 

INVERTIR EN SALUD ES INVERTIR EN VIDA

La inversión en materia de salud es una apuesta por el presente y el futuro de la región, una manera de garantizar una mejor calidad de vida y mayor equidad para todos. Sin embargo, uno de los grandes retos que se enfrentan cuando se habla de Cobertura Universal de Salud, es la sostenibilidad financiera lo cual implica una fuerte presión presupuestaria para los gobiernos. Sobre esto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), estima que el gasto público en salud en la región corresponde a un 3.8% del PIB, lejos de la recomendación del 6% del PIB de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo cual sin duda significa un gran desafío en consecución de un acceso universal, digno e igualitario a la salud.

La salud tiene una relación directa con el incremento o reducción de la productividad por enfermedad, reducción del impacto económico de la desnutrición, así como en la disminución de los costos derivados del tratamiento de las enfermedades. De esta manera impacta en el desarrollo del país, las condiciones de vida de la población y el bienestar de cada individuo.

LA INNOVACIÓN EN LOS PROYECTOS DE GRAN IMPACTO

El valor de la innovación en proyectos que vayan en beneficio de la salud de la sociedad es indiscutible. Impulsar nuevos productos farmacéuticos y tecnológicos, pensados específicamente para las necesidades de la región de América Latina y el Caribe es una garantía, no sólo del inmediato mejoramiento de la calidad de vida, sino para salvar millones de vidas. Como dijo una vez Bill Gates: «Si nuestro objetivo es salvar vidas humanas, necesitamos otro nivel de innovación, no sólo tecnológica, sino también sistémica».

Impulsar proyectos concretos para enfermedades específicas que aquejan a la región, es indispensable. Ejemplo de ello, es el cáncer de mama que alcanza una prevalencia de 213.7 por cada 100 mil personas, esto quiere decir que cerca de 6 millones de la región lo padecen, principalmente mujeres. Cabe destacar que las innovaciones médicas y farmacéuticas han mejorado significativamente el pronóstico de vida, las tasas de supervivencia y la calidad de vida de miles de pacientes de este padecimiento oncológico.

Esta abrumadora realidad, presenta oportunidades importantes de transformación: resulta claro que un solo actor no cambiará todo el panorama de una nación o de una región, la colaboración multisectorial es clave para impulsar la inversión en el sector salud y así contar con resultados que impacten en mejorar la calidad de vida de las personas. Invertir en salud, es un compromiso que implica a toda la sociedad, a quienes también beneficia al impulsar su desarrollo sostenible.

Aunque en nuestros días hay múltiples retos a vencer para lograr una atención universal de salud en América Latina y el Caribe, aquella que sea digna, acorde a las necesidades de la población, los esfuerzos en el mundo de la medicina no cesan, de manera apresurada y permanente se está evolucionando, la innovación en medicamentos y terapias ha crecido a un ritmo sin precedentes en los últimos años, especialmente después de la pandemicia de COVID 19. Actualmente, hay más de 9 mil nuevos medicamentos y vacunas en fase de desarrollo, y aunque falta mucho camino por recorrer, estoy seguro que de la mano de la innovación farmacéutica y sistémica, y la colaboración con aliados del sector público y privado, construiremos un legado en salud que atienda las necesidades actuales y futuras de nuestra región.

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