Innovación y Diversidad: Dos hábitos saludables para América Latina
Innovación y Diversidad: Dos hábitos saludables para América Latina
GABRIELA PITTIS
Presidente de SAM (Cono Sur, Región Andina, México & CAC) en Takeda
Desde muy joven la innovación ha sido una de mis grandes obsesiones. Muchas veces me he preguntado por qué esa fascinación por descubrir cosas nuevas y siento que va más allá de un reto profesional. Creo que la innovación tiene un poder para transformar la vida de las personas; para hacerlas más saludables y felices.
¿Existe un secreto para lograr la innovación? Sería muy ambicioso plantear una receta infalible, porque la innovación implica muchas variables: talentos, recursos, tolerancia a la incertidumbre, trabajo en equipo, curiosidad, perseverancia y creatividad, entre otras. Sin embargo, desde mi experiencia profesional, primero como estudiante de biología, luego como investigadora en diversos escenarios académicos y científicos y actualmente como ejecutiva de Takeda, me atrevo a afirmar que la variable más importante para generar innovación en una organización es la diversidad.
Entre muchas lecciones, la pandemia nos dejó dos muy grandes relacionadas con la diversidad. La primera fue el trabajo colaborativo entre organizaciones con intereses y enfoques de la salud muy distintos. Demostrando que es posible trabajar en equipo, de manera eficiente y rápida, cuando nos lo proponemos y aprovechamos nuestra diversidad. La segunda gran lección fue enseñarnos que podíamos cambiar creencias, que antes asumíamos como verdades absolutas, sin pagar consecuencias muy graves. El trabajo remoto y las reuniones virtuales cambiaron la forma de trabajar en el planeta para siempre. Es decir, nos ayudaron, a individuos y a organizaciones, a ser menos rígidos. Y esa flexibilidad es también una puerta hacia la diversidad.
Cada día la industria farmacéutica de I+D es menos rígida y se esfuerza por tener equipos diversos, con diferentes visiones y experiencias de vida. Y lo que hemos comprobado en ese camino transitado es que la innovación llega con la diversidad, no con la rigidez. En Takeda, trabajamos para lograr innovaciones que transformen la vida de millones de personas. Un ejemplo de esto es la vacuna contra el dengue que, hasta la fecha, ya recibió aprobación para su uso en la Unión Europea, Indonesia, Tailandia, Brasil y Argentina. Según cifras de la OPS, esta enfermedad causa 2,8 millones de infecciones en Latinoamérica. La vacuna, sin duda, va a mejorar la calidad de vida de muchas personas, en especial de niños y niñas, en las regiones más afectadas.
Es importante aclarar en este punto que en América Latina el reto no es solo de innovación, sino también de acceso. Poco lograríamos si nos dedicamos a innovar desde la ciencia, pero esos medicamentos y tratamientos no llegaran a los pacientes para transformar sus vidas; si los sistemas de salud no garantizaran un acceso rápido y equitativo. Sería como sembrar unas hermosas flores en un terreno estéril, seco y sin nutrientes.
Y aquí es donde entra FIFARMA, la Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica, de la cual tuve el honor de ser la presidenta de su Junta Directiva hasta este 2 de junio. La labor de FIFARMA es fundamental para garantizar, tanto la innovación, como el acceso a los pacientes. Seguir consolidando a la federación como un interlocutor fuerte, que nutra y aporte al debate público, y que promueva acciones concretas que faciliten el acceso a la innovación a más pacientes, es vital para la salud de las personas y de los países de la región.
Todos queremos avanzar hacia sistemas de salud más sostenibles. Y como lo mencioné atrás, la innovación se logra con diversidad, no con rigidez. Mi invitación es a buscar esa diversidad en todas nuestras acciones, ya sea desde cada empresa farmacéutica o colectivamente, desde Fifarma. La diversidad es la que nos permite desarrollar un trabajo colaborativo, con sector privado, público y academia. La diversidad también nos permite dialogar con gobiernos nacionales para llegar a acuerdos que beneficien a todos los pacientes. La diversidad para que 640 millones de latinoamericanos, con un talento y una capacidad de resiliencia asombrosa, puedan acceder a más medicamentos y tratamientos innovadores.
Cierro con una frase muy inspiradora y que resume el propósito de Takeda, la empresa que presido para gran parte de nuestra región. Una frase que recuerdo cada día al enfrentar los retos de este mundo farmacéutico apasionante: Better Health for People, Brighter Future for the World.