WAIT Indicator: Hacia el pragmatismo responsable en la medición del acceso a nuevas tecnologías en América Latina
WAIT Indicator: Hacia el pragmatismo responsable en la medición del acceso a nuevas tecnologías en América Latina
Por Diego Antonio Restrepo Miranda
Gerente General de InValue Health Solutions, compañía de consultoría y apoyo a la gestión en salud, para diferentes países de América Latina.
Mejorar el acceso de los pacientes a los servicios de salud es uno de los retos más grandes que enfrentan los países de América Latina. La disponibilidad de talento humano en salud, la escaza infraestructura física en entornos rurales y dispersos, la ausencia de modelos de atención que reconozcan la diversidad de los contextos, y la disponibilidad de recursos -que son siempre limitados-, son algunos de los factores que explican la dificultad para alcanzar este propósito. Por su parte, la ausencia de confianza entre los diferentes actores -marcada por una larga historia que da razón a unos y otros-, y procesos incipientes para tomar decisiones en salud, impide avanzar de manera permanente. Lograr el equilibrio, entre las necesidades de salud de la población y los recursos disponibles, se convierte en el marco urgente sobre el cual, ganar confianza se constituye como el motor de un proceso de toma de decisiones mucho más robusto y sustentado técnicamente.
El “Waiting to Access Innovative Therapies” (WAIT-Indicator), es un indicador mediante el cual se busca tener una aproximación de la disponibilidad y el tiempo que tarda un paciente para acceder a medicamentos innovadores en un sistema sanitario, el cual, ha sido un referente en Europa desde inicios de los años 2000. Recientemente, Fifarma lideró el desarrollo de un ejercicio sustentado sobre este indicador, mediante la aplicación de una encuesta a algunas asociaciones, compañías de la industria farmacéutica y expertos del mercado, en ocho países de América Latina. El ejercicio se enmarcó en 185 medicamentos innovadores para oncología y enfermedades huérfanas, aprobados por agencias regulatorias de referencia a nivel global -FDA y EMA- entre 2014 y 2020. El resultado de esta encuesta, presenta información que puede ser útil para diferentes actores de los sistemas sanitarios.
En primer lugar, refleja uno de los grandes desafíos que enfrentan los sistemas sanitarios: disponer de información accionable; en este caso, sobre una de las principales preocupaciones de los tomadores de decisión: la presión de la innovación tecnológica. Este primer resultado, limita de manera considerable el análisis sobre los factores que pueden impactar en el acceso a tecnologías innovadoras en algunos países de la región. Países como Argentina, Ecuador, Chile y Costa Rica presentaron información limitada por lo que los resultados “pueden no ser representativos”. Por su parte, Colombia, México, Brasil y Perú permiten tener una noción del acceso a las nuevas tecnologías.
En segundo lugar, se observó que cerca del 55% de los medicamentos analizados se encuentran disponibles en al menos uno de los ocho países analizados. Colombia, México y Brasil encabezan esta lista con 46, 42 y 22 medicamentos disponibles para los pacientes, respectivamente. Es decir, las coberturas en estos tres países respecto a la disponibilidad de estos medicamentos en América Latina se ubican entre el 22% y el 46%. Cabe anotar, que lo anterior, no significa disponibilidad plena para los pacientes, dadas las características propias de cobertura y financiación de cada país.
Finalmente, uno de los resultados que en mi opinión resultó más ilustrativo, está relacionado con el tiempo medio que tarda un medicamento en estar disponible para los pacientes. Una vez el medicamento es aprobado por la FDA, pasan 3,7 años para que esté disponible como opción terapéutica. Por su parte, desde el momento en que la agencia regulatoria local aprueba, trascurren en promedio 1,5 años para ser utilizado en los tratamientos que demandan los pacientes.
Si bien los resultados tienen limitaciones asociadas a la información disponible en los países, es una aproximación que permite de una manera concreta, acercarnos a entender el acceso de los pacientes a la innovación tecnológica y nos invita a reflexionar sobre posibles necesidades de profundización en el análisis sobre los factores que inciden en estos resultados. Por ejemplo, la necesidad de fortalecer las agencias regulatorias a nivel local, el papel de los equipos técnicos para preparar los sistemas sanitarios frente a la innovación tecnológica (mediante procesos de escaneo de horizonte por ejemplo), los elementos que motivan a la industria farmacéutica a traer la innovación a la región, y particularmente, los aspectos que a nivel político, económico y de orden internacional, se deben considerar para hacer frente a la presión tecnológica mediante procesos de toma de decisión estructurados y sustentados sobre la mejor evidencia disponible, dentro de un marco: que las tecnologías sean asequibles.