Cuando el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) apareció a comienzos de la década de los ochenta, el sector salud estaba frente a un virus que era, hasta ese momento, totalmente desconocido. El resultado fueron entre 100 mil y 300 mil personas infectadas en esa década y la presencia del virus en todos los continentes del mundo.
Los primeros casos de la enfermedad nueva fueron registrados en 1981 en cinco hombres de Los Ángeles, Estados Unidos. Todos registraban una neumonía llamada Pneumocystis jirovecii, que es un hongo que afecta el sistema respiratorio del ser humano. Este hongo es común en el medio ambiente, pero pocas veces causa enfermedad en personas sanas. Es decir, el hongo solo actúa en personas que tienen un sistema inmune débil.
A los pocos meses, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), encontró en los mismos pacientes un tipo de cáncer de piel llamado sarcoma de Kaposi. La aparición de las dos enfermedades al mismo tiempo llamó la atención del CDC, igualmente, las pruebas de sangre en los pacientes demostraron que carecían de células sanguíneas T CD4+, que son células del sistema inmune.
Para finales de 1981, 270 casos de deficiencia en el sistema inmunitario se habían registrado en el mundo, de los cuales, 121 personas ya habían muerto. Al siguiente año, la enfermedad fue bautizada por el CDC como síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
Sin embargo, no fue hasta finales de los años ochenta que la comunidad internacional empezó a hacer esfuerzos conjuntos para combatir la enfermedad, siendo una de las acciones más importantes la creación del primer organismo internacional enfocado en una única enfermedad, ONUSIDA o UNAIDS, un programa de las Naciones Unidas destinado a la lucha contra esta enfermedad a partir de 1996.
¿Qué es el VIH y qué es el SIDA?
Es importante anotar que el VIH afecta directamente el sistema inmune, atacando y destruyendo sus células. En el largo plazo el cuerpo pierde la capacidad de protegerse ante bacterias, virus o cualquier enfermedad que entre en el cuerpo humano.
Ahora bien, existe una diferencia clara entre VIH y SIDA. El primero es el virus que daña el sistema inmune invadiendo a los glóbulos blancos que combaten las infecciones, mientras que el segundo es la etapa final de la infección del virus VIH que no se trató con medicamentos. Una persona que tiene SIDA tiene síntomas diversos porque su sistema inmune corre peligro de desarrollar infecciones y cánceres.
El virus se transmite entre personas por medio de fluidos corporales como la sangre o el semen, y aproximadamente el 90 por ciento de las nuevas infecciones se producen durante el sexo. Después, actividades como compartir agujas y la transmisión de la madre al feto, son las maneras de contagio más usuales. Por el contrario, los contactos como dar la mano, abrazar, estornudar o utilizar los mismos utensilios, no pasarán el virus.
Conocer el virus para solucionarlo
Ante la crisis mundial a causa de la nueva enfermedad, el sector salud empezó a moverse rápidamente para que los pacientes pudieran sobrevivir al virus. Entonces, lo primero que se tenía que hacer era encontrar el virus en el cuerpo humano, para aislarlo y poder combatirlo. Para 1984 dos científicos franceses del Instituto Pasteur, Françoise Barré-Sinoussi y Françoise Barré-Sinoussi, lograron aislar por primera vez el virus, pero no fue sino hasta 1986 que el virus tomó el nombre de VIH.
La identificación del virus fue fundamental, pues gracias a esto fue posible desarrollar una prueba que lo identificara en el cuerpo humano, también llamada una prueba de anticuerpos. Estas pruebas miden en la sangre o la saliva los anticuerpos disponibles, porque entre más semanas pasa el virus en el cuerpo, más anticuerpos se producirán respondiendo a la infección.
Al mismo tiempo, la detección de este fue importante para que la industria farmacéutica empezara a investigar posibles tratamientos y vacunas, y para que los tomadores de decisión empezaran a tomar acción para prevenir el contagio. El pico de la enfermedad se alcanzó en 1998, con casi 3 millones de personas infectadas a nivel mundial.
La ciencia toma el liderazgo
En la actualidad la situación de las personas que tienen el virus del VIH ha cambiado radicalmente gracias a la ciencia y a los esfuerzos farmacéuticos. Actualmente es posible tomar una combinación de medicamentos que combaten el VIH, también llamada terapia antirretroviral, que evita que se desarrolle el SIDA cuando el virus está en el cuerpo.
Esta terapia antirretroviral fue posible gracias al científico Jerome Phillip Horowitz, quien en 1964 logró sintetizar la molécula AZT para, en un principio, tratar el cáncer. Aunque este tratamiento no fue efectivo para el cáncer, en la década de los ochenta se retomó para tratar a las personas con el VIH. Esta molécula logrA inhibir la enzima que evita que el virus se replique.
En 1987 el AZT fue aprobado por la Food and Drug Administration de Estados Unidos (FDA), convirtiéndose en la primera terapia para tratar el virus. Un año después, en 1988, se creó la primera campaña educativa advirtiendo del virus y apoyando el uso del preservativo en España. Ese mismo año, la Organización Mundial de la Salud declaró el 1ro de diciembre como el día mundial contra el SIDA y lo simbolizó con un lazo rojo.
Sin embargo, la investigación científica no se quedó allí. En 1996 se lanzó el tratamiento antirretroviral de gran actividad o terapia antirretroviral combinada, que es una combinación de tres fármacos distintos, que pueden venir en una sola píldora. Estas incluyen medicamentos que evitan que el VIH haga copias de sí mismo y no dejan que el VIH entre a células sanas. La combinación entre los fármacos dependerá de las necesidades del pacientes, es decir, ahora la terapia es más personalizada.
En números concretos, desde 1998, las infecciones por VIH se han reducido en un 40 por ciento. En el 2019, 1,7 millones de personas se contagiaron. En este mismo año, más de 25 millones de personas (de las 38 millones de personas que viven con VIH en el mundo) ya tenían acceso a la terapia antirretrovírica.
Por otro lado, en la actualidad existe la posibilidad de prevenir una infección tomando medicamentos diarios llamados profilaxis pre-exposición o PrEP por sus siglas en inglés. Utilizando este medicamento de manera sistemática se puede reducir en 90 por ciento el riesgo de contraer VIH durante las relaciones sexuales. Este medicamento creado por la industria farmacéutica, hace parte de una estrategia de prevención en el mundo entero.
Por todo estos esfuerzos científicos, las personas que viven con el virus pueden tenerlo en niveles indetectables y las personas que conviven con una persona que tiene VIH no tienen porque contagiarse. Sin embargo, esto no significa que el acceso a los medicamentos y tratamientos sea global, pues todavía existen muchas personas contagiadas que no saben que se han infectado o que no están tomando acciones concretas para combatir el virus.
Solución definitiva
Al mismo tiempo que se crean medicamentos y tratamientos para combatir al virus y como prevención, la industria sigue en la búsqueda de una vacuna que pueda acabar con el VIH en el cuerpo. Este ha sido un reto que ha pasado por varios intentos, pero que cada día se acerca más a una solución definitiva. En principio, crear una vacuna era peligroso, pues no se podían utilizar versiones del virus vivas o inactivadas, porque era fácil que el virus llegara a las células a hospedarse y eventualmente reproducirse.
En la actualidad, hay investigaciones en curso para crear vacunas terapéuticas y preventivas contra el virus. Las primeras serán para las personas que ya tengan VIH, y las segundas ayudarán a que el sistema inmune reconozca el VIH y luche eficazmente contra él en caso de contraerlo.
Igualmente, la industria creó una compañía especializada únicamente en el VIH, principalmente para buscar nuevos tratamientos y posibles curas. La Viiv Healthcare fue creada entre GSK, Pfizer y Shionogi en 2009. Esta iniciativa comercializa fármacos que puedan combatir el virus de manera más personalizada. Además, incentivan programas de acceso a tratamientos para aquellas personas que no puede costearlos.
No hay duda de que los resultados de la ciencia y las estrategias de prevención han sido asombrosos. Menos personas están muriendo, menos personas se están contagiando, los medicamentos son cada vez mejores, pues ahora los niveles de VIH en la sangre pueden llegar a ser indetectables. La expectativa de vida de personas con el virus ha subido exponencialmente de 32 años a 71 años. Con las investigaciones andando, los organismos que se han creado para combatir la enfermedad y los esfuerzos científicos de la industria farmacéutica por buscar soluciones, es cuestión de tiempo para que el VIH sea un virus del pasado.
Fuentes
Día de Concientización sobre la Vacuna contra el VIH
How the Fight Against AIDS Can Inform the Fight Against Covid-19
La historia del primer antirretroviral contra el VIH
Neumonía por Pneumocystis jiroveci
Profilaxis Previa a la Exposición (PrEP)
Terapia antirretroviral de gran actividad (HAART)
The HIV/AIDS pandemic, explained in 9 maps and charts