En un mundo ideal, enfermedades como la diabetes se detectan con tiempo para tratarlas y para prevenir complicaciones como amputaciones, ceguera, o fallas en el riñón o en el corazón. Con 422 millones de personas viviendo con diabetes en el mundo y 1.6 millones de vidas perdidas cada año, es necesario empezar a hacer esfuerzos adicionales para que este escenario ideal se empiece a convertir en la realidad de todos los países.
La diabetes es una enfermedad prolongada y crónica donde el cuerpo no puede regular la cantidad de azúcar en la sangre. Esto sucede porque el cuerpo no es capaz de producir suficiente insulina o se resiste a la insulina. Entonces, el páncreas no controla el azúcar de la sangre cuando el cuerpo recibe un alimento y no la puede transformar para quemarla o almacenarla como energía. Aunque la diabetes más común es la tipo 2, cada año se incrementa más la diabetes tipo 1, que es aquella donde el cuerpo es dependiente de la insulina.
Entonces, esta enfermedad que afecta a millones de personas, debe tener un cuidado especializado y entrenado, pues esto podría darle una vida más saludable a los que la padecen. Así lo indicó el reciente estudio hecho por La Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas y la Unidad de Inteligencia de la revista británica The Economist, que encontró que es necesario aplicar un cuidado integrado a los sistemas de salud para tratar la diabetes.
Y es que esta condición representa un desafío para los sistemas de salud alrededor del mundo. En Europa hoy en día los países están utilizando hasta el 10 por ciento del presupuesto de salud en esta enfermedad y podría llegar a significar el 17 por ciento de este en los próximos 15 años. Adicionalmente, los números de esta enfermedad no parecen estar bajando y se ha convertido en una de las siete enfermedades con mayor mortalidad a nivel mundial desde el 2016.
Además, el cuidado de las personas es complejo y requiere de una serie de profesionales de la salud de diferentes ámbitos. Es decir, una persona con diabetes pasa por diferentes especialistas como médicos de atención primaria, endocrinólogos, dietista o nutricionista, farmacéuticos, dentistas, podólogos u oftalmólogos, pues requieren de una atención especializada.
Además, es importante anotar que, según el estudio de The Economist, los sistemas de salud no pueden brindar una atención óptima porque estos están fragmentados, lo que ha llevado a que estos tengan mayores costos y peores resultados. Adicionalmente, gran parte de las intervenciones a diabéticos que tiene el sistema de salud actualmente, podrían ser prevenibles con un control adecuado de la enfermedad.
Entonces, la integración vertical de la diabetes en los sistemas de salud se presenta como una posibilidad para mejorar los resultados de los pacientes y reducir el gasto público en salud, así lo indicó el reciente estudio hecho por La Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas y la Unidad de Inteligencia de la revista británica The Economist. Pero, ¿cómo funciona este modelo de integración vertical? Y ¿qué necesitan los sistemas de salud para llevarlo a cabo?
Una mayor prioridad
La diabetes aún no tiene una cura definitiva y esto significa que la medicina debe ser la que lidere las respuestas y proponga tratamientos para darle mejor calidad de vida a los pacientes diabéticos. Esto empieza por mejorar los diagnósticos y el manejo de la enfermedad, evitando así, que sea una enfermedad fatal, ya que actualmente a nivel mundial cada ocho segundos muere una persona por complicaciones de diabetes.
Adicionalmente esto ha empeorado con la pandemia, por ejemplo, en 14 estados de Estados Unidos las muertes por el coronavirus se incrementaron altamente a causa de esta enfermedad, más específicamente en ciudades como Nueva York, las muertes por coronavirus aumentaron en 356 por ciento a causa de complicaciones por diabetes.
Por todo esto, la enfermedad debe empezar a ser una prioridad en los sistemas de salud, que implica repensar la forma en la que se controla la diabetes, reduciendo los servicios fragmentados por los que las personas tienen que atravesar.
¿Cómo funciona la integración?
Es un concepto que une todos los aspectos de servicios de diabetes, es decir que “los prestadores de servicios de la salud de diferentes niveles prestan sus servicios y utilizan una misma plataforma electrónica y unos mismos servicios financieros, usan el mismo sistema”, explicó Elly Vaughan de la Unidad de Inteligencia de The Economist, en un evento virtual hecho sobre el estudio el pasado 20 de noviembre por EFPIA.
Para lograr esto, es necesario tener estrategias y protocolos que alineen las instituciones involucradas en cuidar a estos pacientes. Esto también incluye una infraestructura virtual donde los diferentes actores que hacen parte del ecosistema de la diabetes puedan estar, y donde se puedan encontrar los protocolos y guías para estandarizar los procesos con diferentes proveedores e instituciones.
Por otro lado, existen dos tipos de una integración necesaria, la vertical, que es donde se unen los cuidados primarios, secundarios y terciarios, y existe la horizontal, que es donde se unen las diferentes especialidades, como por ejemplo, el especialista en ojos y el de riñones.
Ahora bien, dentro de los cuidados primarios, que son los más importante para prevenir un desenlace difícil, está, por ejemplo, el auto cuidado de los pacientes, que implica educar al paciente para que se sepa monitorear; o está el diseño del sistema de entrega, que se trata de crear las rutas para poder atender coordinadamente a los pacientes.
¿Cómo se beneficia el paciente?
Durante los cambios en el sistema de salud los pacientes se beneficiarán de muchas maneras, pues el fin último es que tengan una vida más saludable. Elly Vaughan de The Economist contó que “reducir las cargas en las personas con diabetes implica que toda la información está en un mismo lugar y eso hace que la carga no esté en el individuo”. Así pues, el estudio revela que el historial médico electrónico es fundamental para facilitar la integración de los sistemas.
Esto significa, también, que el paciente “no tiene que contar su historia en todos los pasos del sistema médico, sino que la información es asequible por todos los profesionales”, aseguró el doctor Prabhav Trivedi, Asesor Médico Global Metabólico para Boehringer Ingelheim, en el mismo evento.
En pocas palabras, es un sistema creado para el paciente y no para que este se tenga que acoplar al sistema. En el largo plazo, los profesionales de la salud también se beneficiarán de esto, pues con toda la información en un mismo lugar, es más fácil tomar decisiones sobre tratamientos o procedimientos.
Igualmente, la diabetes exige que los pacientes estén tomando “micro decisiones todo el tiempo de qué comer, qué tomar, cómo moverse”, explicó Vaughan y esto implica que los pacientes estén constantemente revisando la glucosa en su sangre, lo que se traduce en altos niveles de información diaria.
Sin embargo, esta cantidad de data puede ser utilizada a favor de los pacientes, porque puede servir para entender las necesidades individuales, y si la información recopilada incluye aspectos socio-demográficos y ambientales, sería posible especificar las complicaciones que un paciente pueda tener en el futuro.
Alinear el financiamiento
Para lograr un cuidado de alta calidad para los pacientes, la estructura financiera debe estar alineada en todos los niveles del sistema de salud. A grandes rasgos, esto puede permitir que haya una traducción fácil entre las políticas públicas y proyectos para lograr la práctica.
El informe recomienda alejarse del tradicional modelo de cobrar por un servicio, donde los pagos están vinculados a las actividades como un número de visitas, procedimientos o tratamientos o una remisión a otros niveles de cuidado o constituciones. Este tipo de modelo puede incentivar que una parte del sistema se “quiera quedar” con un paciente para sacar provecho económicamente, cuando el paciente podría estar mejor siendo tratado en otro lugar.
La propuesta es, entonces, que el financiamiento de la diabetes se haga con pagos en bloque o agrupados, pagos basados en el rendimiento o incentivos específicos o pagos de capacitación, que es un pago grande que se le hace a un proveedor para que se ocupe de los servicios de una población diabética específica.
Tecnología al servicio de la diabetes.
Los sistemas tecnológicos virtuales son la columna vertebral de un sistema integrado. Todo esto radica en tener información confiable y que venga de fuentes muy diversas. Alguna data que es importante tener para la diabetes es por ejemplo, las tasas de complicaciones, los hábitos de prescripciones, las admisiones a hospitales, la epidemiología y los gastos.
Además, debe existir una interoperabilidad entre los sistemas tecnológicos de diferentes niveles del cuidado. Esto se hizo especialmente importante después de la crisis del coronavirus, pues la emergencia mostró que había una falta de información fidedigna lo cual era problemático para implementar soluciones digitales como la telemedicina.
Con ayuda de los sistemas tecnológicos, es importante que se empiece a monitorear y evaluar la integración de los sistemas para asegurarse de que las necesidades específicas se están llenando y los objetivos se estén cumpliendo. En el largo plazo, será la única manera de justificar un sistema integrado que le pueda dar una mejor vida a los pacientes de diabetes.
En conclusión, es el momento para empezar a integrar los sistemas que atienden a los pacientes con diabetes, poniéndolos en el centro del cuidado y diseñando un sistema que funcione para una medicina más personalizada y que tenga menos riesgos en el largo plazo.
Todo esto debe ir acompañado de un financiamiento alineado que reduzca la fragmentación de los servicios prestados, y de un monitoreo de todos los procesos constante y continuo. Está en las manos de todos los actores del sistema de salud, proponer una mejor calidad de vida para 422 millones de personas alrededor del mundo.
Fuentes
Diabetes country profiles 2016
Diabetes: Europe’s silent health pandemic
From silo budgeting to financial integration: Where does the EU stand in diabetes care?
Implementing integrated diabetes systems in Europe
The Pandemic’s Real Toll? 300,000 Deaths, and It’s Not Just From the Coronavirus